"Algo como una convicción tan temerosa como profunda me impulsaba a dejarlo todo para dedicarme completamente al estudio de la composición. Y esta vocación se hizo tan fuerte que llegué a sentir incluso miedo, ya que las ilusiones que despertaba en mí estaban muy por encima de aquello que yo me creía capaz de hacer. No lo digo desde un punto de vista puramente técnico [...] sino en cuanto a la INSPIRACIÓN, en el verdadero y más alto sentido de la palabra; esa fuerza misteriosa sin la cual [...] no se puede realizar nada verdaderamente útil, y de ello yo me sentía incapaz". Manuel de Falla